Caravana de Madres Migrantes Centroamericanas recorren la región del Istmo
Un poco más de medio centenar de integrantes de la Carava de Madres Migrantes Centroamericanas que recorre periódicamente la República Mexicana, cumplieron 12 años de buscar a sus familiares en este territorio con los cuales perdieron contacto desde que salieron de sus países.
Por ello, el pasado lunes por la noche, los integrantes de esta caravana arribaron al albergue “Hermanos en el Camino” de ciudad Ixtepec en donde luego de una cena y una pequeña convivencia pernoctaron en ese lugar.
Ayer martes por la mañana, las madres, padres y familiares de migrantes desaparecidos partieron con destino al puerto de Salina Cruz a bordo de un autobús turístico, siendo acompañados por personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y de la Brigada Beta del Sistema Nacional de Migración (SNM).
Luego de un breve tiempo, la comitiva se trasladó a esta ciudad, en donde, modificaron su agenda, suspendiendo la exposición fotográfica que tenían programado realizar en el parque central Benito Juárez.
Al descender el autobús las madres y padres de migrantes desaparecidos, se trasladaron caminando a la explanada del palacio municipal de esta ciudad, donde recibieron las palabras de bienvenida de Humberto López Gómez, representante de la organización “Mujeres 8 de Marzo”.
Alberto Adonis, uno de los voceros de la caravana, explicó que en esta ocasión el lema de la misma es “Buscamos Vida en un Camino de Muerte”, inició el pasado 15 de noviembre y concluirá 3 de diciembre, luego de recorrer distintas entidades del país.
Por ello, como es costumbre visitaron las tumbas de los migrantes que fueron sepultados en fosas comunes en la parte trasera del panteón Domingo de Ramos de esta ciudad, donde sembraron plantas que fueron donadas por el Foro Ecológico Juchiteco.
Por lo que, Gonzalo Bustillos Cacho representante legal de esta organización se comprometió a cuidar de las plantas, luego de las gestiones que realizó ante las autoridades correspondientes, quienes aceptaron donarles una extensión de cuatro metros de ancho por lo largo de la barda perimetral del camposanto, el cual será exclusivo para los migrantes que fallezcan en la zona.